domingo, 6 de febrero de 2011

Object ID, Object 3D


Las técnicas de descripción e identificación de las obras de arte, antigüedades, objetos de valor o restos arqueológicos, son fundamentales para garantizar su seguridad frente a robos, pérdidas, daños, estafas o falsificaciones.

A pesar del gran valor económico, artístico, histórico, cultural o simbólico que pueden llegar a alcanzar este tipo de obras y objetos, y aunque desde la noche de los tiempos hayan sido uno de los principales objetivos de ladrones, saqueadores, estafadores o falsificadores, no es hasta hace unos años, concretamente en el año 1995, que la comunidad internacional ha consensuado un estándar, desarrollado por el Getty Institute, para describir e identificar estos objetos.

Se trata del Object ID (Identificador de Objetos) y ha sido desarrollado mediante la colaboración de museos, comerciantes de arte y antigüedades, organizaciones del patrimonio cultural, policías, agencias de aduana, tasadores y compañías aseguradoras.

Con el Object ID se pretende sistematizar la información clave para la documentación e identificación de una obra u objeto, de forma que esta información pueda ser procesada en bases de datos o archivos, permitiendo así una más eficiente identificación y localización.

De acuerdo con el estándar consensuado por la comunidad internacional y reconocido por UNESCO, el Object ID, se debe procesar de la siguiente manera:
1. Fotografías del objeto u obra.
2. Especificar el tipo de objeto (pintura, escultura, pieza arqueológica, joya, etc.).
3. Indicar el material o materiales con los que está hecho.
4. Especificar el método de producción (ej. tallado, moldeado, grabado al agua fuerte)
5. Detallar las medidas, volumen, peso, etc.
6. Describir las inscripciones y marcas del objeto u obra (una firma, etc.).
7. Describir otras características que puedan distinguir el objeto (ej. defectos, deterioro, etc.).
8. Título de la obra – si lo tuviera -.
9. Tema de la obra – si lo tuviera –.
10. Fecha o período en el que fue hecho el objeto.
11. Autor.
12. Otra información de interés.

Lo primero que sorprende de ese estándar es su simplicidad. Parece poco probable que una serie tan escasa de datos puedan ser decisorios para la localización e identificación de un objeto. Se diría que el valor de este tipo de obras requiere un nivel de información y de protección mucho mayor.

Lo siguiente en sorprender es que, para conseguir este estándar, se haya tenido que esperar hasta finales del siglo XX, en plena era de la información y la comunicación, en la que los datos del Object ID parecen cosa de los tiempos remotos del papel y el lápiz.

Sin duda, la tecnología actual ofrece enormes posibilidades de mejorar los estándares de calidad en la identificación de objetos mediante procesos de digitalización que, además, elevarán de forma exponencial la eficacia del registro, almacenamiento, conservación y transmisión de la información.

Entre estas tecnologías, los escáneres 3D en general y los de luz blanca en particular, ofrecen las soluciones más eficientes, inocuas y económicas para la identificación de este tipo de objetos y obras.

La información 3D digital es una nueva forma de documentar objetos únicos. Esta documentación sirve tanto para preservar la información como para poder hacer análisis sin la necesidad de tener contacto con la pieza: realización de medidas, comparativas, secciones, deformaciones, reconstrucciones hipotéticas, etc.

La precisión de un escáner 3D de luz blanca desvela el ADN digital de las obras y permite, por tanto, crear auténticas huellas digitales de los objetos. Con solo escanear una pequeña sección de una obra se consigue más información que con la mejor de las descripciones escritas.

Para el tráfico o traslado de obras de arte, la huella digital de las obras sería la mejor garantía de la trazabilidad porque permitiría así poder conocer, en cualquier momento, el histórico, la ubicación y la trayectoria de la obra.

Por supuesto, el valor de algunas obras, merecería su escaneado completo, de forma que se pudiera conservar su réplica digital y así permitir, en el futuro, su reproducción en caso de pérdida, robo o sustracción, o su reparación en caso de daños o deterioro.

Disponer de la geometría 3D de una pieza en formato digital permite obtener de una forma automática copias físicas que pueden ser fácilmente ampliadas, reducidas o simplemente reproducidas. Con un sistema de digitalización como Triple Art se puede obtener fácilmente dicha geometría 3D y posteriormente, mediante técnicas CAM (siglas en inglés de Fabricación Asistida por Ordenador) se pueden realizar copias físicas idénticas al original.

La seguridad y la prevención de riesgos para este tipo de obras requieren un nuevo estándar: el Object ID 3D

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